El mundo moderno se ha construido sobre los cimientos de los datos. Prácticamente cualquier aspecto de nuestras vidas se ve influido por la capacidad de las organizaciones para organizar, interrogar y analizar los datos.
Los conceptos Big Data e Internet de las cosas (IoT) implican centros de datos, actividad en las redes sociales, aplicaciones en la nube, sensores y dispositivos móviles, datos de usuarios y contraseñas, etc… Todos aquellos dispositivos conectados o datos almacenados en la red son susceptibles de ser atacados, pues la seguridad absoluta en informática no existe. Siendo conscientes de esto, ya es decisión de cada uno valorar qué parte de su vida y de sus datos está dispuesto a mantener online, ceder para su uso o proteger a toda costa.