A mediados de enero nos despertamos con una noticia impactante: se acababa de descubrir uno de los incidentes de ciberseguridad más importantes de la historia. El llamado # Collection1 expuso más de 73 millones de correos electrónicos y 20 millones de contraseñas en una página web de hackers. En un contexto donde este tipo de sucesos son cada vez más frecuentes y de mayor alcance, conviene poner de relieve los principales riesgos jurídicos que las organizaciones deben afrontar.
Es un hecho que pymes y los autónomos están integrándose, a veces a la fuerza, en una sociedad que cada vez usa más intensamente las nuevas tecnologías. Los clientes se mueven por la red desde todo tipo de dispositivos y aplicaciones. Son también activos: nos informan sobre sus gustos e intereses, compran y venden en internet, y utilizan las redes para transmitir sus opiniones y quejas.